27 Oct 2023
A medida que la tecnología avanza, las redes se vuelven más complejas y tienen más requisitos. Debido a esta evolución, las empresas de misión crítica con frecuencia experimentan dificultades para actualizar sus redes a una infraestructura moderna. En este artículo, exploraremos el concepto de migración de red, los desafíos asociados, las razones detrás de las empresas que migran redes y las mejores prácticas para garantizar una transición perfecta.
La migración de red es un proceso complejo que implica varios cambios en la infraestructura. Puede consistir en migrar toda la red a una nueva infraestructura, rediseñar toda la red, reemplazar equipos heredados, actualizar hardware, software o adoptar nuevos protocolos. Esta transformación puede ser particularmente significativa en infraestructuras de gran escala con miles de dispositivos.
El objetivo de la migración de red es mejorar el rendimiento, la seguridad, la escalabilidad y la adaptabilidad para satisfacer las necesidades cambiantes de una organización.
Las empresas migran sus redes para aprovechar las nuevas tecnologías, aumentar el rendimiento, mejorar la seguridad, ahorrar costos y adaptarse al crecimiento empresarial y a las cambiantes reglas de la industria.
Actualizaciones de hardware
Actualizar el hardware de red implica reemplazar dispositivos antiguos como enrutadores, conmutadores, firewalls y puntos de acceso por modelos más nuevos y avanzados. El nuevo hardware puede proporcionar mejor rendimiento, seguridad y funciones mejoradas para satisfacer los requisitos de las redes modernas.
Actualizaciones de software
La migración de red puede incluir la actualización del software de los dispositivos de red, como actualizaciones de firmware en conmutadores y enrutadores o actualizaciones de sistema operativo en servidores. Estas actualizaciones aseguran que los componentes de la red utilicen las últimas funciones, parches de seguridad y las correcciones de errores estén implementadas.
Cambios de protocolo
La migración de la red puede requerir la transición a protocolos de red más nuevos o eficientes. Por ejemplo, puede ser necesario pasar de un protocolo TDM más antiguo (SDH y PDH) al más nuevo MPLS-TP para mejorar el rendimiento y abordar las limitaciones del protocolo anterior.
Rediseño de la red
En algunos casos, la migración de la red puede requerir rediseñar toda la arquitectura de la red. Esto puede implicar redefinir subredes, segmentar redes para mejorar la seguridad u optimizar la topología de la red para un mejor flujo de tráfico.
Virtualización y redes definidas por software (SDN)
La migración de la red puede implicar la adopción de tecnologías de virtualización o enfoques SDN. La virtualización permite ejecutar múltiples instancias de red virtual en un solo dispositivo físico, optimizando la utilización de recursos y aumentando la flexibilidad de la red. SDN separa el plano de control de la red del plano de datos, lo que permite la gestión y configuración centralizadas de los dispositivos de red.
Para garantizar una migración de red exitosa, las empresas deben considerar las siguientes mejores prácticas:
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